Por la tarde, cuando queda poca luz,
oculto en mi cama,
capturo perfiles de razonamientos
que fluyen sobre el silencio de mis
miembros.
Aquí es que debo tejer
el tapiz del pensamiento
y disponiendo los hilos de mí mismo
dibujar conmigo mis contornos.
No soy el autor de una obra,
sino apenas un obrero.
Primero el papel, luego el cuerpo.
Generar la forma del pensamiento,
cortarla a medida.
Pienso en un sastre
que fuera él mismo su tela.
Valerio Magrelli.
Hermoso hasta el zurcido. Pero es imposible bordarle una flor deshojada al razonamiento que se crucifica en la telaraña de un pensamiento. Bórdale pétalos de una flor deshojada a tus sueños; allí nada es mediocre. Una flor deshojada pero no de otoño... una flor que se deshoje en medio de una tormenta. No verás un sastre de ti mismo; verás un hombre cosièndose en sus vísceras.
ResponderEliminarLinda entrada hoy.
Inspiro.